El término “taquiarritmias” (del griego taquis, rápido) significa que la función/trabajo cardiaco sucede más rápidamente de lo normal (más de 100 lpm).
Origen y Clasificación de las Taquiarritmias Principales
Arritmias Supraventriculares
Taquicardia Sinusal
Ritmo sinusal cuya frecuencia suele oscilar entre 100 y 180 latidos/min. Las causas son muy diversas, pero todas ellas actúan elevando el tono simpático. Así tenemos: el ejercicio, estrés, miedo, ansiedad, dolor, fiebre, anemia, hipovolemia, teofilinas, excitantes (café, tabaco, etc.), hipertiroidismo, insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica, etc. La principal característica en el ECG es que la onda P, que precede al QRS, es similar a la del ritmo sinusal normal. No suele precisar tratamiento, sino reconocer la causa desencadenante y corregirla.
Arritmia Sinusal
Son alteraciones de la frecuencia de descarga sinusal, generándose un ritmo irregular. Es un ritmo sinusal, por lo tanto la morfología de la onda P será la habitual, pero la distancia entre las mismas varía. Puede aparecer como consecuencia de problemas circulatorios a nivel del nodo sinusal, hipertensión arterial o por enfermedades infecciosas como la difteria. Suele ser habitual hasta los 40 años. Se conoce como arritmia sinusal respiratoria aquella en la que la frecuencia varía durante la fase respiratoria aumentando en la inspiración y disminuyendo en la espiración.
Extrasístoles Supraventriculares
Son latidos aislados que se anticipan al latido sinusal. Se originan antes de lo que debería hacerlo el impulso sinusal. Pueden ser aislados (un solo latido), o repetitivos, los que van asociados en parejas o dobletes, o en grupos de 3 (tripletes). Si se agrupan más de 3 extrasístoles los llamaremos taquicardias supraventriculares.
Según el origen los clasificaremos en:
- Extrasístoles sinusales: Se originan en el nodo sinusal y por lo tanto la onda P será exactamente igual a las previas, pero está anticipada. No existirá pausa compensadora.
- Extrasístoles auriculares: Se originan en las aurículas en un sitio distinto al nodo sinusal. En el ECG aparecerán como ondas P anticipadas con una morfología distinta a la sinusal. Solo en el caso de que el estimulo se origine en un lugar próximo al nodo sinusal la morfología de la onda P será similar al del ritmo sinusal.
- Extrasístoles nodales: Se originan en el nodo AV. Normalmente no veremos onda P en el ECG ya que ésta coincide con el QRS.
Taquicardia Auricular
Se define como una arritmia con actividad auricular regular y que en el ECG muestra ondas P distintas a las sinusales, separadas entre sí por una línea isoeléctrica y con una frecuencia entre 130 y 250 lpm.
Puede ser:
- Focal: Su inicio y terminación no son bruscos, sino que suelen tener un período de “calentamiento” o aceleración al inicio y un “enfriamiento” o enlentecimiento al final. La morfología de la onda P es única y distinta a la onda P sinusal. Son más frecuentes en niños y no tienen gran significación pronóstica. Sin embargo cuando se presenta en adultos, suele relacionarse con alguna patología de base como cardiopatía isquémica crónica, insuficiencia cardiaca, neuropatía obstructiva crónica, hipoxemia, alteraciones electrolíticas, intoxicación digitálica, intoxicación etílica, etc.
- Multifocal: Su característica fundamental es la aparición de ondas P que preceden a los QRS, de 3 o más morfologías diferentes y a frecuencias distintas. El ritmo ventricular resultante es irregular y se puede confundir con la fibrilación auricular. Se asocia con gran frecuencia a pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Flutter Auricular
Arritmia supraventricular muy frecuente en la que los impulsos auriculares, más rápidos que los del nodo sinusal, adoptan una trayectoria circular alrededor de las aurículas, iniciando las ondas de aleteo. Suele asociarse a cardiopatía, hipertensión arterial o broncopatía crónica. Es frecuente que se desencadene durante el IAM o la crisis anginosa. Se producen estímulos en la aurícula a frecuencias regulares que varían entre 240 y 340 veces por minuto, siendo corriente una frecuencia media de 300 por minuto.
El flutter auricular es fácilmente observable en un ECG. No hay ondas P y a lo largo de la línea isoeléctrica se ven las denominadas ondas F en forma de dientes de sierra.
Gracias a la función de barrera del nodo AV, la transmisión de las ondas de flutter se bloquea evitando así el desarrollo de un flutter ventricular conducido.
A veces, el flutter auricular representa un paso previo a la fibrilación auricular. Si el paciente está hemodinámicamente estable, pueden probarse fármacos, pero en general el flutter es rebelde y con frecuencia requiere cardioversión sincronizada, que será rápida y electiva si hay estabilidad hemodinámica. En el flutter típico se utiliza también la sobreestimulación auricular (estimular la aurícula durante un corto tiempo y con un catéter en su interior a frecuencia superior a la del flutter, con un estimulador especial). Al cortar la estimulación, cede con frecuencia el flutter auricular.
Fibrilación Auricular
De las taquiarritmias supraventriculares, la fibrilación auricular es la más frecuente. Se produce por una activación desordenada y caótica del tejido auricular por múltiples focos. La activación anárquica origina una frecuencia auricular de 400 – 700 impulsos por minuto.
Hemodinámicamente, la contracción auricular es ineficaz. En el ECG no hay ondas P, y a lo largo de lo que debería ser línea isoeléctrica se identifican unas pequeñas e irregulares ondas denominadas f (para diferenciarlas de las F del flutter con actividad regular auricular). Las ondas f no se ven en todas las derivaciones, por lo que hay que analizar las 12 del ECG estándar.
Los QRS suelen ser finos. Mientras el flutter auricular origina en la mayor parte de las ocasiones una frecuencia ventricular regular (bloqueo nodal fijo), la fibrilación auricular (salvo contadas excepciones), origina una frecuencia irregular (bloqueo nodal variable ante la irregularidad de la estimulación auricular). Puede asociarse a cardiopatía (valvulopatías, cardiopatía isquémica, cardiopatía hipertensiva, miopericarditis, cor pulmonale agudo del embolismo pulmonar, cor pulmonale crónico del EPOC, etc.). A veces ocurre en personas sanas, generalmente de forma paroxística, y con frecuencia se identifica un desencadenante (alcohol, tabaco, estrés físico o psíquico, estímulos vagales o simpáticos).
Los riesgos de la fibrilación auricular son fundamentalmente de cuatro tipos:
- Las altas frecuencias ventriculares pueden desencadenar una insuficiencia hemodinámica severa, con hipotensión, mala perfusión periférica, sudoración, oliguria, mala perfusión cerebral, etc.
- Las altas frecuencias ventriculares, al aumentar las demandas de oxígeno, pueden desencadenar una angina de pecho (angor hemodinámico).
- La falta de contracción auricular eficaz favorece el estancamiento de la sangre y la trombosis entre las trabéculas de la pared auricular. Si se desprenden estos trombos, se originan embolias periféricas (las desprendidas de aurícula derecha originan embolismos pulmonares, y si se desprenden de aurícula izquierda las embolias ocurren en cualquier rama de la aorta). El flutter emboliza muy poco.
- Puede originar fibrilación y taquicardia ventricular.
El tratamiento de la fibrilación auricular puede ser:
- Conversión a ritmo sinusal. Está indicado en todas las fibrilaciones agudas, y en las recientes (6 a 12 meses de duración). En las agudas, no es necesario anticoagular, ya que se procede de inmediato a intentar restaurar el ritmo sinusal; en las antiguas o recientes (varios meses) se anticoagula previamente (heparina sódica 5 a 7 días y luego Sintrom®). Los métodos para revertir a ritmo sinusal son:
o Si hay inestabilidad hemodinámica, se realiza cardioversión eléctrica sincronizada.
o Si el paciente hemodinámicamente está estable, se intenta cardioversión farmacológica.
- Si no hay indicación de paso a ritmo sinusal, por ser una fibrilación auricular crónica, se opta por frenar la frecuencia ventricular mediante fármacos (digoxina, beta-bloqueantes, verapamil, diltiacen, etc.). Muchos de estos pacientes serán anticoagulados.
Taquicardia Supraventricular Paroxística
No es una entidad nosológica específica, sino que agrupa una serie de taquiarritmias rítmicas, de inicio y final brusco, de ahí el nombre de paroxística, provocada por circuitos de reentrada por encima de la bifurcación del Haz de His.
Están ocasionadas por el llamado fenómeno de reentrada en el que los impulsos se originan y reciclan repetidamente. La forma más común de taquicardia de reentrada supraventricular está localizada en el propio nódulo AV denominándose taquicardia intranodal.
Electrocardiográficamente se observa un ritmo rápido (habitualmente entre 150 y 250 latidos por minuto) y regular, con QRS generalmente estrecho. Lo habitual es que las ondas P sean difíciles de ver por la frecuencia tan alta que consigue que se pierda en la onda T precedente, distorsionándola.
Taquicardia por Vía Accesoria
En ocasiones pueden existir caminos adicionales de conducción fuera del nódulo AV. A estos caminos se les llama vías accesorias. La velocidad de conducción a través de la vía accesoria es a veces más rápida que a través del nódulo AV. Se dice entonces que ha ocurrido una pre-excitación ventricular. La pre-excitación frecuentemente da lugar a la aparición de una onda delta que se puede ver en un ECG de superficie.
La presencia de una vía accesoria normalmente no produce síntomas. Cualquier impulso procedente del nódulo sinusal, se conducirá a los ventrículos tanto por la vía accesoria como por el nódulo AV. En los ventrículos las dos ondas de despolarización se unen.
Sin embargo, bajo determinadas circunstancias, las dos vías de conducción pueden colaborar de tal forma que una despolarización sea conducida en un círculo cerrado sin fin, produciendo una taquicardia por reentrada.